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Pasó de estar arrasada por el nazismo
y la guerra, a ser uno de los países más democráticos del mundo
En 1945 Alemania era un país destruido. Si bien su poderío económico y militar le había permitido tener al resto de Europa a sus pies, la destrucción provocada por la Segunda Guerra Mundial y los horrores perpetrados por el nazismo la dejaron totalmente diezmada.
En 1945 Alemania era un país destruido. Si bien su poderío económico y militar le había permitido tener al resto de Europa a sus pies, la destrucción provocada por la Segunda Guerra Mundial y los horrores perpetrados por el nazismo la dejaron totalmente diezmada.
Durante la
conflagración perdió a 6 millones de personas, entre civiles y militares,
y quedó con sus principales ciudades en ruinas. Sin embargo, en pocos años se
convirtió en una de las mayores potencias económicas e industriales del
mundo, con altos niveles de bienestar social. Hoy es uno de los pocos países
europeos que mantiene bajas tasas de desempleo y que casi no sufre las
consecuencias de la crisis financiera de 2008.