jueves, 30 de mayo de 2013

"Árbol que nace torcido, nunca su rama endereza







¡Ahora sí empecemos!


En el 2012, decidí crear este blog y después de expresar las gracia por haberme aceptado en el colectivo, no volvimos a escribir ningún mensaje; este pare no es caprichoso, sino que obedece a un silencio con beneficio de inventario, o sea quisimos meditar un poco, sobre la misión que estábamos apunto de acometer y como ya cumplimos con esa responsabilidad, ¡ahora sí empecemos!
La GRANDEZA del Ser Humano o el estrangulamiento del mismo, se origina en  la FAMILIA, razón por el cual nuestra misión, es promover y fortalecer esta institución social. ¡Manos a la obra!


LA FAMILIA: Taller de construcción del ser humano








“Árbol que nace torcido, nunca su rama endereza”

Por: Hernán Orlando Barrios Montes *
Con esta columna buscamos insistentemente, aportar algunas luces a los padres que están comprometidos a formar y educar a sus hijos, como exige la misión de quien decide engendrar su descendencia; pero nos interesa remitir nuestro trabajo a las bases de la población, mal llamados pobres, porque son los marginados y a los que debemos sacar del condicionamiento engañoso en que han caído; pero indudablemente y debe quedar bien claro, que eso es posible si los que están relegados a la miseria, que hunde  a sus hijos en consecuencias dolorosas y poco edificantes, resuelven transformar sus vidas para buscar mejores condiciones para su prole.

 

Padres de familia, la Sabiduría Bíblica nos indica que “no hay peor ciego, que el que no quiere ver, peor sordo que el que no quiere oír, ni peor entendedor que el que no quiere entender”; tremenda enseñanza que nos puede servir de fuente para corregir y eliminar tantas costumbres y prácticas que nos quitan la oportunidad de abrirnos pasos a un nivel de vida superior ; ¡entonces abran bien los ojos, los oídos y el entendimiento para sacarle el máximo provecho de lo que deseamos compartir con ustedes, en las distintas venideras propuestas, con las que buscamos contribuir, en la aspiración de conseguir buenas familias y excelentes padres para mejores hijos de nuestra población.

 

En una sociedad como la nuestra, llena de pautas sociales inconsistentes, incoherentes y controvertibles, tendenciosamente le han incrustado en la mente a la mayoría de las colombianas y colombianos la marca de ser pobres y lo peor es que las  gentes lo han creído, aceptando pacientemente esta impronta como Verdad Divina o contentándonos eternamente  con el atributo de seres inferiores, porque así han sometido a los seres humanos a esclavizarse, con patrones de pensamientos de singular ofensa, quienes han escogido a la inmensa mayoría de los nacionales nuestros, como terreno abonado para sembrar grandes brechas de aislamientos sociales.

 

Contra la idea del lastre de ser pobres, los padres que  quieran comprometerse y aspiren a cumplir con el debido respeto su misión y quieran superarse suficientemente así mismos, tienen la tarea de rebelarse al máximo con tenacidad, contra la frustrante y perjudicial imagen de ser pobres; tanto nos han golpeado con la idea de la pobreza, que ya nos puede parecer natural e inofensivo y aun nos sentimos dichosos y complacientes, con tal calificación; pues no hay tal, hoy la ciencia de la Neurolinguística, nos enseña que los contenidos mentales que tengamos en el cerebro, incluidas las palabras y las expresiones verbales, determinan nuestras vidas, nuestros actos y nuestros comportamientos; entonces es de la mayor importancia no descuidar la erradicación de todas aquellas ideas que nos impiden sobresalir y superarnos; por ello, hay que decidir que la primera poda designada para salir de nuestra cabeza, es la insufrible visión de la pobreza; porque de mantenerla sin ningún asomo de rechazo, desde el mismo momento que nuestros hijos nacen, ya le tenemos preparado una herencia negativa, que los puede condenar a llevar una existencia sin el menor anhelo de afirmar su dignidad humana; pero es conveniente precisar, que cuando se habla de pobreza en estas líneas, no se hace referencia a la carencia de recursos materiales o la falta de dinero, sino a la actitud que puede adquirir una persona de creerse poco o la resignación de anularse en la sociedad, donde todos están llamados, hay que afirmarlo con suficiente fuerza, a ser individuos importantes, si los padres entregan a sus retoños, edificantes elementos de educación y de confianza desde el nacimiento de sus hijos.

 

Cerramos este espacio, invitando a los padres que tienen sus hijos pequeños y a los progenitores que sus niños están en gestación, a que asuman el oficio más bello de la humanidad, desde el comienzo, procurando enseñarle a sus pimpollos con los mejores ejemplos y con las palabras y expresiones les permitan el entusiasmo por lo mejor y ellos mismo se proyecten a niveles superiores y tengan en cuenta lo que dice el saber del pueblo que “árbol que nace torcido, nunca su rama endereza”.

 

Nos vemos en la otra edición, porque ustedes y yo tenemos el compromiso de promover una mejor sociedad. 
* DIRECTOR-EDITOR del periódico GRITO...,  con sede en Puerto Boyacá, al extremo occidental del departamento de Boyacá, Colombia.
    

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